MORAL NATURAL O MORAL INCULTURIZADA

 

MORAL NATURAL
O MORAL INCULTURIZADA

Una moral de mínimos universal no tiene fundamento antropológico.

Todo sistema moral siempre estará inculturizadoPRINCIPIO DE RELATIVIDAD CULTURAL contra dogmatismo, relativismo y etnocentrismo

El fundamento de toda moralidad es la libertad con que está dotado el ser humano. Esa libertad le da la capacidad de hacer el bien y el mal. Y la ha de ejercer principalmente en dos frentes: Dios y los demás seres humanos.
Esa libertad, para no ser caprichosa y sin límites en esos dos frentes, necesita de normas que la orienten. Éstas le dicen cuál es el buen uso de esa libertad y cuál el mal uso.
Como todos los humanos son libres, si no hay normas, reinaría el caos y correrían el peligro de destruirse a sí mismos. No pueden ejercer su libertad sin normas morales.
La libertad se ejerce en sociedad. Cada sociedad tiene su propia cultura. Cada cultura se fundamenta en una serie de creencias básicas. Entre ellas, destaca la visión del Universo y la del ser humano. Algunas de esas creencias se pueden llamar mitos. Éstos son aquellas creencias que no se someten a reflexión y crítica. Se consideran indiscutibles o evidentes. Y ciertamente lo son para aquellos que nacen en una determinada cultura con sus religiones respectivas.
Desde la más temprana edad se inculcan y su enseñanza se alarga, de mil maneras, a lo largo de la vida. Una de ellas es la visión que cada cultura y religión tengan del Gran Tiempo: lineal, circular cíclico o simultáneo.
Llagan a ser tan profundamente asimiladas que incluso los especialistas en ética y moral las consideran naturales o innatas. En esta creencia se apoya la idea de que existe una moral de mínimos natural, inmutable y de carácter universal.
Recogeré a continuación las normas morales en dos importantes culturas de la antigüedad: las de la “Confesión Negativa” de los egipcios y las del Código de Hammurabi. Comparo ambos códigos con el de los Diez Mandamientos de la Biblia católica, derivados de la Tablas de la Ley de Moisés.
Con este pequeño ensayo intento aclarar si la llamada “moral de mínimos universal” tiene o no fundamento empírico o se queda en mandamientos meramente abstractos.

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Tablas de la Ley de Moisés. Estos diez mandamientos rigen las vida de judíos y cristianos desde hace miles de años. Sin embargo,  no se puede decir que se trate de un conjunto de leyes naturales. ……………………..

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas
2. No tomarás el nombre de Dios en vano
3. Santificarás las fiestas
4. Honrarás a tu padre y a tu madre
5. No matarás
6. No cometerás actos impuros
7. No robarás
8. No darás falso testimonio ni mentirás
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros
10. No codiciarás los bienes ajenos

Jesús los resumió en dos
Amarás a Dios sobre todas las cosas
-y al prójimo como a ti mismo.

Veamos su correspondencia con los mandamientos de la “Confesión Negativa” de los egipcios.

 

Confesión negativa
del «Libro de los muertos»,
papiro de UnRELATIVIDAD CULTURAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

La disyuntiva moral natural o moral inculturizada se resuelve diciendo y verificando que todo código moral es inculturizado.

En este código, el alma del difunto confiesa no haber cometido ninguno de los 40 pecados señalados en el Libro de los muertos. El difunto se presenta ante el Señor de la Verdad y de la Justicia en la Sala de la Verdad y la Justicia, para confesar que no ha cometido ninguno de los actos prohibidos por la moral de esta religión. Es algo parecido a lo que hace el hindú cuando, tras su muerte, tiene que presentar su karma ante el dios Yama; o lo que tiene que hacer toda la humanidad ante Jesucristo en el Juicio Final.

Presento sus artículos numerados, para luego poder compararlos más fácilmente con los diez mandamientos de la Biblia católica. Los referidos a la conducta con los demás van precedidos de un H. Los referidos a la Divinidad van preferidos por una D.

La confesión comienza así:

«Salve, dios grande, señor de la verdad y de la justicia, amo poderoso. He llegado hasta ti: ¡Permíteme contemplar tu radiante belleza!
Sé tu nombre mágico y también los de las cuarenta y dos dignidades que te rodean en la gran Sala de la Verdad-Justicia.
El día en que se rinden cuentas de los pecados ante Osiris, la sangre de los pecadores le sirve de alimento.
Tu nombre es «El-Señor-del-Orden-del-Universo-cuyos-Dos-Ojos-son-las-Dos-Diosas-Hermanas».
Es así que yo traigo en mi corazón la verdad y la justicia, porque he sacado de él todo el mal…»

Los artículos precedidos de una D se refieren a la Divinidad. Los precedidos de una M se refieren a los demás seres humanos.

1-H Yo no cometí iniquidad contra los hombres.
2-H Yo maltraté a las gentes.
3-H Yo no reemplacé por la injusticia a la justicia.
4-D No intenté conocer lo que no debía conocerse (los misterios y secretos velados a los no iniciados?)
5-H Yo no frecuenté a los malos.
6-H Yo no cometí crímenes.
7-H Yo no hice trabajar para mi beneficio con exceso.
8-D Yo no blasfemé de los dioses.
9-H Yo no empobrecí a un pobre en sus bienes.
10-D No cometí actos execrados por los dioses.
11-H Yo no di malos tratos a mis servidores.
12-H Yo no privé al pobre de su alimento.
13-H Yo no perjudiqué a un esclavo ante su amo.
14-H Yo no hice sufrir a otro.
15-H Yo no provoqué el hambre.
16-H No hice llorar a los hombres, mis semejantes.
17-H Yo no maté.
18-H Yo no ordené matar.
19-H Yo no causé dolor a nadie.
20-D Yo no sustraje las ofrendas de los templos.
21-D Yo no mancillé los panes de los dioses.
22-D Yo no me apoderé de las ofrendas destinadas a los bienaventurados.
23-H Yo no forniqué.
24-D Yo no cometí acciones vergonzosas en el recinto sagrado de los templos.
25-D Yo no robé con la medida de los áridos
26-H No disminuí la arura (medida de superficie).
27-H Yo no traté de aumentar mis dominios utilizando medios ilícitos ni usurpando los campos de otros.
28-H Yo no manoseé los pesos de la balanza
29-H No añadí peso al peso de la balanza.
30-H Yo no quité la leche de la boca del niño.
31-H Yo no me apoderé del ganado en los campos.
34-H No retuve el agua en su estación.
35-H Yo no puse obstáculos en las aguas cuando debían correr.
36-H Yo no apagué el fuego en el momento que debía arder.
37-D Yo no violé las reglas de las ofrendas de carne.
38-D Yo no me apoderé del ganado que pertenecía a los templos de los dioses.
39-D Yo no impedía a un dios que se manifestase en las salidas procesionales.
40-H ¡Yo soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro! ¡Soy puro!

JUICIO-DE-OSIRIS-595x278 MORAL NATURAL O MORAL INCULTURIZADA
El Juicio de Osiris representa el punto clave de la moral egipcia, que es una moral plenamente inculturizada.                                                 ………………………

 

Correspondencia de cada artículo en los Diez Mandamientos de la Iglesia Católica. Cada mandamiento va precedido de la sigla M y cada artículo de la Confesión Negativa va precedido de la letra C, y se añaden los Nº.s que se engloban en cada Mandamiento.

M 1-Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2 -No tomarás el nombre de Dios en vano.

C -Nºs 8 Yo no blasfemé de los dioses
10 Yo no cometí actos execrados por los dioses
32- Yo no tomé con el lazo las aves que estaban destinadas a los dioses.
33- Yo no pesqué peces en las lagunas sagradas.

La relación con la Divinidad varía mucho de una religión a otra. No se puede establecer un mandamiento sobre cómo debe ser esa relación. Puede ser de amor, de temor, ritualista y sacrificial, personal o comunitaria, etc.
…………..

M 3-Santificarás las fiestas
C -Nº 39- Yo no impedía a un dios que se manifestase en las salidas procesionales.

Es evidente que las fiestas religiosas son muy diferentes en cada religión. Ni siquiera se puede universalizar el que tenga que haber fiestas religiosas. “Santificarás las fiestas”, si es que las hay y según las normas de cada religión.

……………..

M 4-Honrarás a tu padre y a tu madre.
C Nº 14- Yo no hice sufrir a otro.
16- Yo no hice llorar a los hombres, mis semejantes.
19- Yo no causé dolor a nadie.

Las obligaciones para con los padres varían mucho de una cultura patrilineal a una matrilineal, por poner un ejemplo.
…………….

M 5-No matarás
C N.º 6- Yo no cometí crímenes.
17- Yo no maté.
18- Yo no ordené matar.

Comentario más abajo.
……………

M 6-No cometerás actos impuros.
C N.º 23- Yo no forniqué.
24- Yo no cometí acciones vergonzosas en el recinto sagrado de los templos.

El trató de la sexualidad es tan variado que no merece la pena comentar su posible universalidad.
…………..

M -7 No robarás
C -Nº 25- Yo no robé con la medida de los áridos.
26- No disminuí la arura (medida de superficie).
27- Yo no traté de aumentar mis dominios utilizando medios ilícitos ni usurpando.
28- Yo no manoseé los pesos de la balanza
29- No añadí peso al peso de la balanza.
30- Yo no quité la leche de la boca del niño.
31- Yo no me apoderé del ganado en los campos
34- No retuve el agua en su estación.
35- Yo no puse obstáculos en las aguas cuando debían correr.
38- Yo no me apoderé del ganado que pertenecía a los templos de los dioses.

Se podría universalizar este mandato dejándolo vacío de todo contenido concreto, pero, entonces, carece de toda efectividad práctica. Es necesario aclarar qué, a quién, cuánto y cómo se roba. Pero en este caso, ya no cabe universalizar el mandato.
……………..

M -8 No darás falso testimonio ni mentirás.
C -Nº 25- Yo no robé con la medida de los áridos
26- No disminuí la arura (medida de superficie).

Si se toma como principio moral que el fin justifica los medios, entonces, este mandamiento, como los demás, pierde todo su valor imperativo. Ideologías como la marxista lo aplica sin límite alguno. Además, en caso de guerra, engañar al enemigo es una táctica más, que entra en las obligaciones del militar que lucha. Tampoco el reo no está obligado a decir la verdad sobre su delito. Se puede mentir para salvar la propia vida, al menos, si no hay daño para un tercero.
………………

M -9 No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
C Nº 23- Yo no forniqué.
24- Yo no cometí acciones vergonzosas en el recinto sagrado de los templos.

Véase el Nº 6.
……………..

M -10 No codiciarás los bienes ajenos
C Nº 25- Yo no robé con la medida de los áridos.
26- No disminuí la arura (medida de superficie).
27- Yo no traté de aumentar mis dominios utilizando medios ilícitos ni usurpando.
28- Yo no manoseé los pesos de la balanza
29- No añadí peso al peso de la balanza.
31-H Yo no me apoderé del ganado en los campos
38-D Yo no me apoderé del ganado que pertenecía a los templos de los dioses. Véase mandato Nº 7: No robarás.

Hay que añadir el hecho histórico de las conquistas de territorios y las colonizaciones de unos países sobre otros. Que fueron y siguen siendo justificadas por las religiones, incluido el cristianismo.

 

Código de Hammurabi

La disyuntiva moral natural o moral inculturizada se resuelve diciendo y verificando que todo código moral es inculturizado.

El Código de Hammurabi quiere regular con todo detalle la convivencia de los ciudadanos de Babilonia. Abarca lo político y lo religioso, porque no hay separación entre poder religioso y poder político. Se trata de un código similar a la Sharía musulmana o al conjunto de Leyes de la Torá.
Para valorar el significado profundo de este código, es importante tener en cuenta que se trata de un código revelado por el dios Shamash al rey Hammurabi. Sus principios se consideran universales y eternos, porque son de origen divino. En la presentación del código dice el Rey:

Yo soy Hammurabi, el Rey de la Equidad, a quien el divino Shamash otorgó la Verdad:
mis palabras son exquisitas, mis obras no tienen igual.

Los Diez Mandamientos de la Biblia también fueron revelados por Yahvé a Moisés.
La Confesión Negativa de los egipcios contiene una serie de reglas morales acordes con los atributos principales de la diosa Ma’at. También son, por lo tanto, de origen divino, contra lo que opinan algunos comentaristas de este tema.
Las Leyes de la Torá se consideran todas de origen divino y regulan la vida de los judíos con todo detalle, sin distinguir entre leyes divinas y humanas.
La Sharía musulmana se basa en la revelación divina recogida en el Corán y en las enseñanzas del Mahoma.

Se podría decir que estos códigos son de origen “natural” por ser de origen divino, como todos aquello que forma parte de la naturaleza humana. Pero, si fuera así, no necesitarían de una revelación positiva por parte de la Divinidad. El hombre los llevaría innatos. Sin embargo, no es así. Todos ellos se consideran como el contenido de una revelación divina hecha a una persona concreta (Hammurabi, Moisés, Mahoma, …), no a la humanidad en general. Más bien parece que Dios los revela adaptándose a las circunstancias geográficas y culturales de cada pueblo.

Por otra parte, hay que tener en cuenta las distintas concepciones de Dios, muy condicionadas por las circunstancias en las que se desarrolla cada cultura y religión: situación geográfica, mitos ancestrales, formas de satisfacer las necesidades básicas, etc.
Podemos preguntar si en el código de Hammurabi se dan mandamientos que puedan ser considerados como parte de una moral de mínimos, de valor natural y, por tanto, universal.

Hammurabi MORAL NATURAL O MORAL INCULTURIZADA
El Dios Shamash entrega el código al rey Hammurabi. (Reinó entre 1792 y 1750 a.C.). La imagen es muy parecida a la de la entrega de Las Tables de la Ley a Moisés.                                              ………………………….

Como el código es muy largo, sólo voy a analizar aquellos mandamientos que puedan coincidir, aunque sea aparentemente, con los correspondientes en la versión católica de los Diez Mandamientos y que los defensores de una moral de mínimos universal consideran como de origen natural.

M. No matarás
Es uno de los mandamientos principales de la teoría de la moral de mínimos. Se considera un mandamiento natural y universal. Tomado en abstracto, sin ningún tipo de concreción, parece universal. Se puede incluso aplicar a todo tipo de vida: no matarás plantas, animales ni personas.
Pero en este sentido no es aplicable universalmente en absoluto en absoluto. Comer vegetales y carne de animales es imprescindible para la supervivencia del ser humano. Tenemos que matar por estricta necesidad. Se puede tomar como un principio universal el que la vida se come a la vida.
El problema surge cuando hay que dar a este mandamiento un sentido concreto, aplicable al ser humano y en una cultura y religión concretas.
Si formulamos el mandamiento de manera más concreta: no matarás seres humanos, entonces surgen las excepciones y, además, tantas que ya no parece posible universalizarlo.

Se mata al adversario en la guerra. Incluso es obligatorio. Y, si no, que se lo digan a los cruzados en la Edad Media. En todas las guerras santas, matar al infiel no sólo non es inmoral, sino que es considerado como un acto bueno o, incluso, heroico.
Lo que sí me parece inmoral es justificar esa forma de matar, a pesar de que se haga en “nombre de Dios”. Y eso lo hicieron los papas católicos y jefes religioso de otras muchas religiones.
En toda guerra, matar puede ser incluso una obligación. Cada soldado jura defender a su patria incluso con la muerte y eso sólo lo puede hacer matando al enemigo antes de que éste lo mate a él. Piénsese en el himno de la Legión Española: El novio de la muerte. El legionario jura morir matando, aunque no los diga expresamente.
Matar para defenderse de un agresor, cuando ya no queda otro remedio, no me parece un delito ni un pecado.

 

La ley de Talión

Este código tiene un principio rector de toda su moral: el principio de la Ley de Talión: ojo por ojo y diente por diente, que en parte es recogido también en la Biblia. Afecta a toda clase de delitos contra Dios y contra los demás. Se trata de una ley de retribución y de justicia. El delincuente, en general, debe pagar en la misma medida que el daño que produce. Si quitó la vida a otro, debe pagar con la suya; si robó, debe devolver lo robado o incluso mucho más, si robó bienes pertenecientes a los dioses o a personas de clase superior.
La ley de retribución es bien distinta en las diferentes culturas y religiones. Los mismo se puede decir de la ley de Justicia.
Sólo un ejemplo. En la religión cristiana, el mandamiento de no matarás tiene un sentido individual y personal. Si matas a una persona, desde el punto de vista religioso, cometes un pecado mortal, que no tienen castigo en esta vida. Si te arrepientes sinceramente, en el sacramento de la confesión se te perdona y debes cumplir la pena que se te imponga, pero sólo tendrás en el Más Allá una pena temporal en el Purgatorio adecuado al pecado o delito cometido y siempre que no mueras en pecado mortal. En este caso, irás al Infierno eterno.
En la mentalidad religiosa de los bantúes, el homicidio tiene siempre un sentido colectivo o comunitario, no individual-personal. El homicida no sólo mata a un individuo, mata también a todas las generaciones que podrían tener inicio en él: hijos, nietos, tataranietos, etc. El perjuicio afecta a toda la tribu, porque se ve privada de toda esa cadena de miembros que no llegarán a existir y no podrán hacerla más fuerte ante las demás.
Hay un dicho negroafricano que dice:
“yo soy porque somos y porque somos, por lo tanto, soy”.
No existo como individuo, sino como miembro de un colectivo: familia, poblado, clan, tribu.
Aquí la reparación distributiva es imposible. El ojo por ojo no sirve. Reparar la pérdida de futuros miembros, que ya no podrá existir, es inviable.

M. No robar
En todos los códigos que trato en este ensayo está el mandamiento de non robar. Se quiere proteger la propiedad ya sea humana o divina. La gravedad del robo depende lo robado y de a quién se robe. Corre el dicho de que “quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”. Son especialmente graves los robos de bienes dedicados a la Divinidad. Tienen la calificación sacrilegios.
Hay que tener en cuenta que en este código babilónico los humanos se dividen en dos géneros: hombre y mujer, y tres clases sociales: superiores, plebeyos y esclavos. El delito de robo cambia según sea el género y la clase social del robado.
El delito de robo también está ligado al concepto que se tenga de propiedad en cada sociedad. Hubo y hay sociedades en las que la propiedad individual apenas existe. Los campos y demás bienes son de la comunidad, clan, tribu o Estado.
En los regímenes comunistas actuales, la propiedad propiamente tal es del Estado. Quien roba, roba al Estado, no a personas concretas. El sentido de no robar es muy distinto al que rige en las sociedades capitalistas y democráticas. En éstas el robo al Estado es menos grave y, de hecho, se perdona con facilidad. Prueba de ello es la corrupción de nuestros políticos, que se enriquecen con el dinero público sin que sean debidamente castigados, porque está aforados.
La gravedad de la pena o castigo por robar varía mucho en cada cultura. Va desde la pena de muerte, como en el código de Hammurabi, a unos años de cárcel en la cultura occidental.
Por Tanto, el no robar como mandato es meramente abstracto. Ninguna de sus concreciones culturales se puede universalizar. Como concepto meramente abstracto puede formar parte de una moral de mínimos. Pero, esa moral de mínimos de poco sirve a nivel práctico.
El código de Hammurabi recoge ese mandato con un sentido determinado e incluye la pena de muerte en muchos casos. Este mandato se rige por la Ley de Talión, que no se aplica en códigos de otras culturas y religiones.
En este código, un objeto de propiedad son los esclavos. Hammurabi tiene una amplia y detallada regulación sobre la adquisición y tratamiento de los esclavos. Por tanto, dónde non existe la esclavitud no existe la moral de esclavos.

M. Amarás a Dios sobre todas las cosas
Todo el contenido del código de Hammurabi es de origen divino. Por tanto, su cumplimiento es una obligación para con el mismo Dios que lo inspiró. Es como los Diez Mandamientos que Yahvé inspiró a Moisés. Se trata de un mandato divino para el pueblo babilónico. Yanto en nel prólogo como en el epílogo se deja bien claro ese origen divino y se recoge una generosa glorificación del dios que lo inspira y de Hammurabi, su instrumento de comunicación a los hombres.

M. No fornicarás
Este código es bastante severo con los delitos en torno a la sexualidad y, en casos como el adulterio, se castigaba con la muerte, tanto de él como de ella. Sus normas abarcan el adulterio, la violación, el incesto, etc. (Artículos 129,132, 150, 154 y otros).
Hay que tener en cuenta que en todas las culturas existe algún tipo de regulación de la sexualidad, pero sus concreciones pueden ser muy distintas en cada caso.

M. No mentir.
Se castiga duramente la mentira, sobre todo si se trata de una acusación de asesinato.
«Si un hombre ha acusado a otro hombre y le ha atribuido un asesinato y éste no ha sido probado en su contra, su acusador será condenado a muerte.»
En otros casos menos graves se puede castigar con la multa correspondiente
En nuestra cultura cristianizada no suele tener un castigo proporcionado el daño. Entre nuestros políticos, un vicepresidente del Gobierno lanzó esta consigna: “Calumnia que algo queda” , para ser utilizada contra los políticos de la oposición. En cualquier caso, hoy asistimos a una tromba de acusaciones falsas entre nuestros políticos. La mentira se utiliza como arma política ganadora, aunque sólo sea a corto plazo.

M. Honrar padre y madre
El código de Hammurabi no recoge de forma expresa el deber de honrar a los padres; Sin embargo, en su regulación de la familia sí se habla del respeto por parte de los hijos hacia sus progenitores.

Conclusión

Los mandamientos de una posible moral mínima aparentemente vienen confirmados por los distintos códigos morales de otras culturas. Pero, si se universalizan con un significado concreto, entonces surgen las dificultades. Cada código los concretiza de manera diferente.
Esto significa que sólo se pueden universalizar como mandamientos abstractos, sin contenido concreto. Y, como meras abstracciones, no tienen aplicación práctica concreta. No sirven para dirigir moralmente y de manera concreta la vida moral de las personas.
Una moral de mínimos universal sólo se queda en una moral meramente utópica. Si existiera, tendría que existir en todos los códigos de la humanidad y con el mismo sentido en cada uno de ellos. No vasta con que existan expresiones similares. Es imprescindible la identidad de significado.

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